La blanca venía en racha, por eso Ferro la repetía. Hoy, en sintonía con la consigna de un octubre rosa a favor de la lucha contra el cáncer de mama, Ferro jugó con una nueva camiseta. Y la gente, que no estaba, hoy pudo ir a la cancha. Entonces las cábalas, desordenadas, se confunden entre sí. Los partidos que Oeste antes perdía, esos que eran determinantes, los está ganando. Las remontadas eran milagros que jamás ocurrían. Este año ya hubo cuatro. Por eso los números cierran y el equipo saca una fuerza salvaje que, si bien a veces no muestra al comienzo de los partidos, hace que termine siendo superior a los rivales. La sintonía fina de los cambios de Gomorsi nos muestra un plantel que tiene algo que sólo tienen los grandes equipos: el que entra rinde. Ferro hoy se puso a un punto de los líderes. Buscando sí o sí el único objetivo: ganar la zona. Ya hubo tropiezos, no hay espacio para más. Es momento de exigir un poco más a estas fieras para que pasen a la historia grande del club. Ferro y su gente, nadie más.
hace 4 días
